miércoles, octubre 29, 2008

Oigo voces


María Tenorio

La señorita que me atendió en la librería se dirigió sin vacilar a un estante frente a la caja cuando le pregunté si tenía libros de Roberto Bolaño. En los segundos que duró su travesía, lancé de reojo a Miguel una mirada de sorpresa: tenía pocas esperanzas de encontrar títulos del autor chileno aquí en Sívar. Lo que jamás imaginé es que la mujer me mostraría un libro de mi héroe televisivo de infancia.

-- ¡No! --le dije con cierto énfasis.-- Busco libros de Roberto Bolaño, un chileno, no de Chespirito, Roberto Gómez BolañoS. El apellido no termina en "ese". No es BolañoS, sino Bolaño.

No había libros del sudamericano en inventario, según comprobó la vendedora en la computadora del local. Hace algunos años, bien lo recuerdo, los hubo en la extinta Punto Literario. De ahí es la viñeta con el código de barras de "Estrella distante" (1996), una novela corta que, a decir verdad, no recuerdo con particular entusiasmo ni cariño. Su narrador es un hombre y eso, como verán, hace una diferencia en mis lecturas de este autor.

Bolaño me ha hecho oír voces. Voces de mujeres. Imaginar que en las páginas blancas con letras negras de sus novelas "Amuleto" (1999) y "Una novelita lumpen" (2002) hay lenguas femeninas que hablan su mundo y recortan su historia con un principio y un final desde cuerpos que no son tales. Auxilio Lacouture, una uruguaya mayor, simpática y amorosa, es la protagonista de la primera novela. Bianca, una italiana joven bastante parca para hablar, de la segunda. Ambas me hacen cuestionarme por el artificio de las buenas letras para construir personajes creíbles y por la capacidad de ciertos escritores para dar vida a personajes de su sexo opuesto. Bolaño es, sin duda, uno de ellos.

Desconozco cuál sea su técnica para lograr el embrujo que me hace acercarme con placer a la novela y creérmela de pe a pa. La verdad, pienso que el artificio literario tiene que ver con algo más que meros recursos retóricos. No estoy hablando de alquimias o pactos, sino de verdades muy sentidas por quien escribe que subyacen al engaño de la letra escrita. Recuerdo una frase que nos decía Francisco Andrés Escobar, profesor de generaciones en la UCA: "en arte, lo contrario a lo bello no es lo feo, sino lo falso".

Escritores como Bolaño me hacen que oiga voces y siga consumiendo literatura. Busco en ella entretenimiento, meterme en un mundo que no es el mío pero que, como el mío propio, está formado de palabras encadenadas una con la otra. Que me cuente historias de cuerpos ausentes y quizás inexistentes en su materialidad, pero presentes en el lenguaje escrito. Que me permita imaginarme a Auxilio Lacouture como una mujer de voz enronquecida por el cigarrillo, los desvelos y las caminatas nocturas por Ciudad de México. Y, a Bianca como una italiana de pelo liso y sin facciones definidas, de mediana estatura y mirada vaga que pasea por las calles de Roma mientras yo escribo estos párrafos.

2 comentarios:

  1. María Tenorio y Miguel Huezo:
    Gracias por dar a conocer autores literarios de nuestra latinomérica, sinceramente nunca había escuchado hablar de Roberto Bolaño, pero ustedes en estos nuevos post hacen que el lector se interese por encontrar nuevas experiencias literarias que creen en uno una experiencia no igual pero si similar y con matices únicos y personales de lo que cada autor puede hacer sentir y vivir al lector, que creo que es la magia de la literatura. Sinceramente cuando hace un par de minutos revise mi ¨feed¨ del Blog Talpajocote y vi la siguiente frase: ¨Talpajocote. Roberto Bolaño. Una estrella distante Publicado hace 58 minutos¨ tuve la misma reacción de la dependiente de la librería pensar en ¨Chespirito¨ (que raro pensé) pero al momento recapacité y vi que no tenía S antes de darle Click y encontrarme con este nuevo personaje de la literatura chilena y fundador del movimiento poético infrarrealista.

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  2. De los libros que he leído de Bolaño, los que más me agradaron fueron Los detectives salvajes, Amuleto y Estrella distante. Sus libros de cuentos, como Llamadas telefónicas y Putas asesinas no me impactaron. Lo prefiero como novelista.

    En efecto, ahora es imposible conseguir libros de Bolaño en el país. Es porque Anagrama, su editorial, no es distribuida por las librerías locales.

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