miércoles, marzo 04, 2009

Intérpretes, no me malinterpreten

María Tenorio

Intérpretes. No me refiero con esta palabra a José José, cantando una de Manuel Alejandro, o a Fugga, interpretando una de Soda Stereo. Me refiero, más bien, al arte y a la técnica de la traducción simultánea. ¡Pobre experiencia he tenido con esta en los últimos días!

Quizás usted también la ha sufrido. ¿Vio la entrega de los Óscar de la Academia por el canal 6 en el territorio salvadoreño? A esta frustración se unió la de una conferencia en vivo, sobre el sempiterno tema del amor en un auditorio de esta capital. En ambas ocasiones me sentí muy decepcionada en mi calidad de audiencia y de consumidora. Sirva este texto para llamar la atención sobre la necesidad de mejorar los servicios de interpretación en este país.

La traducción simultánea es una profesión. Aquí --y estoy segura de que en otras latitudes también-- no se ha visto así: ha bastado con que una persona sea bilingüe para crea que puede desempeñar la función de intérprete en un acto público. Error. Transitar de una lengua a otra con fluidez es apenas una condición básica para ejercer el oficio. El bilingüismo por sí solo no ofrece los rudimentos técnicos necesarios para traducir simultáneamente a una lengua lo que alguien está diciendo en otra lengua distinta. En otras palabras, hay que estudiar para eso. Mi amiga Rut, no puedo evitar recordarla en este momento de mi escritura, obtuvo una maestría en traducción e interpretación... en España, debo agregar.

Hasta dónde sé, en este país no hay escuelas o cursos en traducción simultánea. Tampoco intérpretes profesionales. Ahora bien, esto no obsta para pedirles un tanto de sentido común a quienes traducen en actos públicos en El Salvador. En mi calidad de público, solicito a los intérpretes que, por una parte, traduzcan todo lo que se dice en la lengua original y, por otra, se limiten a traducir precisamente eso. Voy a los Óscares: cuando un actor o una actriz sube al escenario a recibir un premio, que los intérpretes traduzcan lo que se dice sin comentar sobre el vestuario, las emociones, la forma de caminar o las relaciones de parentesco con algún famoso.

En suma, no me malinterpreten. Estudiar, prepararse, adquirir la técnica caería muy bien para mejorar la calidad del trabajo de traducción simultánea, central para la correcta recepción de los mensjes y el disfrute de los eventos que nos llegan en vivo o a través de la pantalla. Les aseguro que la charla sobre el amor o la entrega de los premios de la Academia habrían sido experiencias mucho más ricas, fluidas y agradables si hubiesen contado con buenos servicios de interpretación.

3 comentarios:

  1. Hola, María, más que comentar tu post, quiero decirte que me encantan las fotos de esta edición de Talpajocote.

    Me reído mucho y ya te imagino riendo y tomando algunas.

    Un abrazo!

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  2. ¡Gracias por el artículo, querida María, ojalá muchos más pensaran como tú! Me ha hecho mucha gracia verme por escrito...
    Las fotos, ¡buenísimas!

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