miércoles, mayo 11, 2011

¿Legalizar las drogas?















Miguel Huezo Mixco

Las drogas existen desde que el mundo es mundo. La idea de que en lugar de eliminarlas debemos aprender a vivir con ellas está tomando cada vez más fuerza. Muchas voces sostienen que tras medio siglo de fracasos en la lucha contra las drogas quizás ha llegado el momento de intentar otra manera de hacer las cosas.

Cuando los periódicos y la televisión en este país le otorgan atención a los escándalos de drogas de chicas como Lindsay Lohan, la estrella de Herbie, olvidamos que detrás de estos apetecidos chismes de celebridades hay un reguero de muertos. Para satisfacer la demanda de hachís, cocaína, heroína, alucinógenos y metanfetaminas de adultos y jóvenes del Norte, miles de jóvenes en Centroamérica libran encarnizadas batallas por el control de territorios y drogas, con saldos trágicos.

En 1993, el Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez publicó un Manifiesto a favor de la legalización de las drogas. Aquel documento, suscrito por centenares de ciudadanos alrededor del mundo, sentenciaba: “La prohibición ha hecho más atractivo y fructífero el negocio de la droga, y fomenta la criminalidad y la corrupción a todos los niveles”. Han pasado casi 20 años desde entonces, y la cosa no para.

Por el contrario, las medidas punitivas destinadas a reducir el tráfico, comercialización y consumo ilegal de drogas atraviesan por una crisis de eficacia. Ni la oferta ni la demanda de drogas muestran cifras a la baja en los últimos cincuenta años. Lo que sí está al alza son sus estragos en la seguridad y la salud pública, sin hablar de la desarticulación institucional y el incremento de la violencia. Lo peor, como dice The Economist (julio, 2001), es que los más perjudicados son los países pobres y la gente pobre que vive en los países ricos.

La mayor parte de las ganancias generadas por el narcotráfico se queda “en los países ricos de destino” como Estados Unidos, Canadá y países de Europa, anota un informe de la Oficina contra las Drogas y el Delito de Naciones Unidas.

Según algunos estudios el consumo de drogas parece haberse estabilizado en el mundo desarrollado. La mala noticia es que hay signos de un aumento en los países en desarrollo, todo esto acompañado por una escalada militar. Cárteles y gobiernos están destinando cada vez más y mayores recursos en armas para ganar una guerra sin fin.

Un informe de la revista Nexos (octubre, 2010) revela que en su guerra contra el narco el gobierno mexicano, en sus primeros tres años, incautó tanta droga como para llenar 250 furgones de tren. En ese mismo periodo, México decomisó más armas que las de los ejércitos de El Salvador y Honduras juntos, y más vehículos que la flota vehicular de las policías y el ejército de toda Centroamérica. A pesar de ello, la droga no ha dejado de fluir.

El economista Milton Friedman, Premio Nóbel de Economía y un pionero de la despenalización de las drogas, señalaba que la prohibición de las bebidas alcohólicas en Estados Unidos, a principios del siglo pasado, socavó el respeto por la ley pero no detuvo el consumo de alcohol. “A pesar de esta trágica lección”, dijo, “parece existir una tendencia a repetir el mismo error en el manejo de las drogas”.

Friedman dijo algo que bien podríamos suscribir en nuestros días: "Las drogas son una tragedia para los adictos, pero criminalizar su uso o consumo convierte esa estrategia en un desastre para la sociedad".

¿Daremos este debate en El Salvador?

(Publicado en La Prensa Gráfica, 12 de mayo de 2011)

Ilustración: Rapé


1 comentario:

  1. Anónimo8:19 p. m.

    La respuesta es no. Lamentablemente la cultura del debate en nuestro país, no pasa de criticar las opiniones del contrario. Aún debemos avanzar hacia un debate propositivo y proactivo de todos los estamentos, social, político y económico.

    Atentos saludos!

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