miércoles, mayo 23, 2012

El arte de El lugar más pequeño


María Tenorio

Dicen que vendrá a las salas de cine del país, El lugar más pequeño de Tatiana Huezo Sánchez. Ojalá que sea verdad pues es una película que, sin ninguna duda, vale la pena ver. No solo por lo que nos cuenta sobre la guerra civil, sino, sobre todo, porque aborda esa realidad histórica nuestra con extrema belleza. No en balde ha cosechado, hasta el momento, casi 40 premios cinematográficos alrededor del mundo. ¿Ha oído usted hablar de este documental filmado en Cinquera, Cabañas? ¿A usted le parece que un documental puede ser una obra de arte?

Hace pocos días, como parte del festival Ambulante, vi este documental mexicano sobre el conflicto armado que vivió nuestro país. Cuando me dirigía al cine, anticipaba encontrar los lugares comunes a que nos llevan los cineastas que tratan ese tema. Los tiroteos, cadáveres recientes, ropa ensangrentada, mujeres llorando desesperadas, niños confundidos, hombres armados, ruido de metralla, gritos de guerra. Imágenes de archivo de aquellos años bélicos. Monseñor Romero o los padres jesuitas. En cambio, El lugar más pequeño no presentó nada de eso. Me sorprendió al mostrarme un rostro muy distinto de mi país y de ese evento que lo ha dejado marcado.

La cinta trata sobre la nueva vida que, después de la guerra, ha emergido en el pueblo de Cinquera. Este fue completamente destruido por fuerzas de ambos bandos en los ochentas, obligando a sus pobladores a huir y dejar atrás, además de sus posesiones materiales, a más de uno de sus familiares muertos o desaparecidos. A partir de 1991 inició la refundación del pueblo, con el regreso de antiguos habitantes. Varios de ellos, caracterizados por su carisma y su expresividad, fueron “reclutados” por la cineasta para ser los personajes principales del documental. Los testimonios orales y las imágenes de la vida en ese pequeño lugar son la materia prima con que está hecha esta producción.

Este documental es una obra de arte. Tatiana Huezo ha puesto extremo cuidado y cariño en cada detalle del mismo, construyendo una película donde la armonía es preponderante. Armonía, según Wikipedia, “es el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo, y su resultado siempre connota belleza”. En una entrevista publicada en CinemaNet, la directora habla sobre el balance que ella buscaba en el tratamiento del tema: quiso dosificar el dolor y la alegría, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, de manera que ninguna de estas fuerzas se impusiera sobre su contrario. Lo consiguió. Su primer largometraje, su ópera prima, no es lacrimógena, no conmueve a fuerza de lágrimas. Al contrario, con discreción estética (si es que tal cosa puede decirse) y sin triunfalismos celebra la vida cotidiana, la capacidad de reinventarse, de personas de carne y hueso.

No se puede hablar sobre este documental sin mecionar el excepcional trabajo de fotografía. A cargo de Enrique Pardo, alcanza alturas poéticas en el paisaje natural, la lluvia, los insectos, el amanecer, las nubes, los objetos cotidianos, el diario vivir de los personajes. Me parece curioso que varias reseñas publicadas en medios digitales mexicanos dicen que Cinquera está situado en medio de la selva salvadoreña. ¿Selva en este país? Hay que ver la manera en que El lugar ofrece el verde de los montes y montarrascales, en pleno invierno, para entender cómo, desde otros países, esa exhuberancia es considerada selvática.

Además de la fotografía, la forma en que se conjugan voz e imagen de los personajes rompe con los moldes propios de los documentales y acentúa el carácter estético de esta producción. Explico con un ejemplo. Vemos en pantalla a una mujer callada, amasando requesón sobre una pila, mientras escuchamos su testimonio (asumimos que es el de ella) sobre los tiempos de la guerra. Este recurso de usar la voz en off, si bien me despitó en un principio, luego me generó la sensación de oír los pensamientos más profundos de la persona, como si estuviera leyendo un monólogo interior en una novela.

En El lugar más pequeño, la música es una ausente que no se extraña y que aparece, con la tormenta, al final de la historia. Sus creadores fueron Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman. La mayor parte del tiempo, en lugar de una banda sonora, destinada a crear emociones en los espectadores, escuchamos los sonidos y los silencios del ambiente.

Para finalizar, la directora, Tatiana Huezo Sánchez, nació en El Salvador de padre salvadoreño y madre mexicana. Muy pequeña se fue con su familia a México y, como ella dice, “Soy más chilanga que otra cosa y mi identidad es más mexicana”. Sin embargo, tiene una conexión afectiva con este país y, luego de su experiencia con el largometraje, un vínculo muy estrecho con el pueblo de Cinquera.

Documentación sobre El lugar más pequeño



La joya de Tatiana Huezo



Miguel Huezo Mixco

Los combates comenzaron poco después de la medianoche del 5 de mayo de 1983 y terminaron con la rendición de los tres o cuatro efectivos que quedaron con vida en el puesto militar de Cinquera. Luego vinieron las ejecuciones de los colaboradores del ejército. Y, unos días después, la contra respuesta del ejército en un clásico operativo de “tierra arrasada”. Un éxodo de mayores proporciones había tenido lugar uno o dos años atrás, en esa misma zona, debido a los operativos lanzados contra las organizaciones campesinas.

Cinquera fue una muestra a escala de la tragedia salvadoreña. Vecinos, hermanos y parientes se enfrentaron violentamente unos contra otros. Su final fue aterrador: se convirtió en otro de los innumerables pueblos fantasma que produjo la guerra. Sus pobladores comenzaron a regresar en 1991, para librar una nueva batalla: la de rehacer sus vidas y sanar sus heridas.

La historia de ese retorno ha sido recogida en la película “El lugar más pequeño” (2011) de Tatiana Huezo Sánchez. Esta producción marca un punto y aparte en todo lo que se ha hecho sobre la guerra salvadoreña en el género documental. La película no convierte el retorno de una comunidad en un pretexto para insistir en los lugares comunes de la conflictividad.

Sin dejar de tomar partido a favor de las víctimas, “El lugar más pequeño” es una obra de contemplación y de compasión. La fotografía ofrece poéticas tomas y encuadres del paisaje, algunos inolvidables. La cámara nos lleva del micromundo de las hormigas acarreadoras a la tupida bóveda vegetal que cobija aquel maravilloso lugar sumergido en la pobreza. Asimismo, retrata la estrecha convivencia de las personas con la tierra, la lluvia, sus animales y, sobre todo, con sus muertos, sus desaparecidos.

Dije también que es una obra compasiva. Una película como esta solo es posible cuando los realizadores consiguen empatía con sus personajes. "Ríe con los que ríen y llora con los que lloran”. No es lacrimógena. Tampoco busca chantajear a sus espectadores. De principio a fin muestra mucho tacto en la aproximación al dolor de los sufrientes. Sus personajes no son un recurso para “vendernos” una tesis. Ellos son el corazón de la película, y los espectadores solo tenemos el privilegio de escuchar sus confidencias.

El documental prescinde la mayoría del tiempo de la música. Mientras la cámara va de un lado a otro, acariciando el paisaje o las figuras humanas, se despliega toda una gama de sonidos naturales: cigarras, lluvia, pájaros, viento, hierba... La música de Leonardo Heiblum y Jacobo Lieberman irrumpe oportunamente para encaminarnos hacia el final de la obra.

El trabajo de Tatiana Huezo y su equipo ya ha sido percibido en países que gozan de una cultura cinematográfica más rica y abierta. Así, desde su estreno en 2011, ha recibido más de treinta reconocimientos, entre ellos: Mejor Documental, en el Festival Internacional de Cine de Lima; Premio del Público y Mejor Película Mexicana, en el Festival Internacional de Cine de Monterrey; Mejor Documental, en el DMZ Korean International Documentary Festival; Mención Especial en el José Rovirosa´s Awards; Mejor Documental, en DOK Liepzig; Mención Especial en el Festival Biarritz Amérique Latine; Premio del Jurado del Abu Dhabi Film Festival; Premio del Público en el Vienna International Film Festival; Mejor Documental en el Festival de Cine de Viña del Mar, Chile; y Mejor Dirección y Mejor Película, en Cinema Tropical Awards.

“El lugar más pequeño” se presentó en el país en el marco del recién pasado Festival Ambulante. 

(Publicado en La Prensa Gráfica, 24 de mayo de 2012)
Fotos: Arriba, Tatiana Huezo Sánchez. Autor: no identificado. Imágenes de la película.

jueves, mayo 10, 2012

Festival de Cine Ambulante



Miguel Huezo Mixco

Ambulante es una organización sin fines de lucro fundada en 2005, en México, por los artistas de cine Gael García Bernal, Diego Luna y Pablo Cruz, con el propósito de difundir el vigoroso movimiento de cine documental en lugares donde existe una pobre oferta distinta al “enlatado” en Hollywood. Ambulante proyectará esta semana en tres ciudades salvadoreñas 16 documentales producidos en Centroamérica, México y Estados Unidos.

Uno de los documentales a exhibirse es “El lugar más pequeño”, de la salvadoreña-mexicana Tatiana Huezo Sánchez, donde se relata la refundación del poblado de Cinquera, en el departamento de Cabañas, que fue destruido durante la guerra civil salvadoreña. La película recoge las voces de dos generaciones de sobrevivientes para contar como la gente regresó, se organizó y comenzó a una nueva vida.
En ese “bosque sembrado de muerte”, como ella misma lo llama, surgió este filme, poco conocido en El Salvador, que ha recibido entre otros reconocimientos el Gran Premio por Mejor Documental en el Festival Internacional de Corea, el Premio del Público en el Festival Internacional de Viena, y el Premio al Mejor Documental, Mejor Fotografía, Mejor Sonido y Mejor Música Original en el Festival Internacional de Cine Documental de Uruguay.

También tendremos oportunidad de mirar "Niños de la Memoria", dirigido por María Teresa Rodriguez y producido por Kathryn Smith Pyle, que cuenta la historia de la búsqueda de cientos de niños que desaparecieron durante la guerra civil salvadoreña, y que fueron vendidos, sin el consentimiento de sus familias biológicas de El Salvador, para ser dados en adopción a familias en el extranjero. Otros vivieron en orfanatos, sin conocer su historia ni su identidad. La película formula una pregunta a la que todavía no hemos sabido dar respuesta: ¿Cómo puede una sociedad de post guerra corregir los errores del pasado?

La directora nicaragüense-española Mercedes Moncada presentará su largometraje "Palabras mágicas (para romper un encantamiento)" que revive la época de la revolución sandinista (1979-1990), a través de la reflexión sobre los acontecimientos que está viviendo la Nicaragua de nuestros días. En una entrevista con el diario Milenio (México) Moncada admitió que le  parecía importante volver a contar otra vez mis vivencias y mi visión de una época trascendental, que cambió, para bien o para mal, la vida de un pueblo".

Los tres documentales referidos, que por su calidad técnica, estética y humana han recibido una crítica internacional muy favorable, están relacionados con un tema fundamental para este país: el papel de la memoria en la reconstrucción del tejido social y humano fracturado por la violencia. Se trata de un esfuerzo, a menudo doloroso, por volver la mirada al pasado para dar voz a las víctimas y recoger sus experiencias para que la sociedad entera reconozca lo que ocurrió. No para fustigar a nadie, sino para que esos hechos no se repitan. Ese proceso tan necesario suele encontrar la oposición de muchas personas que tuvieron responsabilidades en la violencia contra la población civil o que, por su posición de poder, desestiman la importancia de mirar de manera crítica lo que ocurrió.

Las proyecciones públicas del Festival de documentales Ambulante serán gratuitas. Se realizarán en San Salvador, Santa Tecla, Santa Ana y San Miguel. También habrá funciones pagadas en una conocida cadena de cines comerciales. El Festival de Cine Ambulante es una de las actividades del Foro Centroamericano de Periodismo, organizado por el periódico digital El Faro, que será clausurado por el escritor Jon Lee Anderson, miembro del “staff” de la revista The New Yorker, quien cubrió como reportero la guerra civil salvadoreña.

(Publicado en La Prensa Gráfica, 10 de mayo de 2012)

miércoles, mayo 09, 2012

¿Usted está en Pinterest?

María Tenorio

Nadie me invitó, pero luego de cruzar un par de mensajes electrónicos, la gente de Pinterest me dejó entrar. Ocurrió hace casi tres meses. Yo vagaba por la web en busca de sellos tallados a mano para hacer impresiones caseras y di con esta nueva red social que se caracteriza por ser estética, visual, sencilla y que, hoy por hoy, acepta participantes solo por invitación. Desde un inicio, aunque no tenía ninguna idea de cómo funcionaba, Pinterest me atrapó. Aquí le cuento, por si usted todavía no ha conocido sus encantos, en qué consiste este fenómeno cibernético que ha alcanzado enorme popularidad en los últimos meses.

Pinterest es una red social que entra por los ojos: colecciona fotos --y sus enlaces-- en pizarrones virtuales públicos creados por los usuarios; además estos pueden ‘seguir’ los tableros que deseen y comentar los ‘pines’ de los demás. Como explica Silvina Moschini del periódico La Vanguardia, “El sitio es una suerte de plantilla de corcho virtual. Cuando los usuarios hacen ‘pin’ en una imagen, un producto o un contenido que les interesa, este es publicado en el tablón de anuncios online, y puede ser visualizado por otros navegantes”.

En mi caso, comencé por ‘pinchar’ manualidades de fieltro que encontraba en otros sitios web o en el mismo Pinterest, creando mi primer tablero para este material tan maravilloso. A medida que fui ‘descubriendo’ más cosas lindas, creé otras pizarras: de sellos tallados a mano, de ilustraciones, de manualidades hechas con corchos, de bordados, de papel maché, etc. Entonces me di cuenta de que muchos usuarios, donde sea que estén, comparten intereses estéticos y creativos conmigo. Así que comencé a ‘seguir’ sus tablones. Hace poco abrí mi cartelera con mis propias creaciones, la cual tiene 60 seguidores.

Esta red interactúa perfectamente con otros sitios web en varios sentidos. Primero, es posible moverse desde un pin hacia la página web donde se origina la fotografía para verla en su contexto original. Segundo, estando en cualquier sitio web los usuarios de Pinterest podemos pinchar una foto para integrarla a alguna de nuestras pizarras. Y, tercero, podemos colocar el botón del círculo rojo con la ‘p’ de Pinterest en nuestro blog o sitio web para que cualquier visitante lo pinche y lo comparta en sus carteleras.

Para los mercadólogos Pinterest resulta sumamente atractivo. Mucho del comercio electrónico o e-comercio se canaliza, hoy día, a través de los ‘pines’ de esta plataforma que tiene poco más de un año de vida. Según otro artículo de La Vanguardia, Pinterest es responsable del 17% de los beneficios generados por los medios sociales en los sitios de comercio electrónico; se pronostica que hacia fin de año la proporción ascenderá al 40%.

Sin embargo, esta plataforma todavía es anglocéntrica. El sitio web solo está en inglés y concentra sus usuarios en los Estados Unidos. Recientemente, divulga Mashable, Pinterest busca traductores para lenguas como francés, alemán, japonés, portugués y español. Si a usted le gusta el arte, el diseño (del tipo que sea), la fotografía, la arquitectura, la ilustración, las manualidades, el turismo o la cocina, dése una vuelta por pinterest.com y solicite una invitación. Le encantará usar este recurso cibernético para coleccionar imágenes. El peligro, como dice una propaganda turística colombiana, “es que te quieres quedar”. Pinterest es altamente adictivo.

Enlaces de interés:
Guía para principiantes, cómo usar Pinterest 
El blog de Pinterest en español

Ilustración: Original de Maurice Sendak, encontrada en Pinterest